El martes por la noche, el dominicano Oneil Cruz vivió un llamado de atención tan estruendoso como los batazos que acostumbra disparar: su dirigente Don Kelly lo sacó del partido tras trotar hacia la inicial y facilitar una doble matanza en la séptima entrada. La jugada, ocurrida en la derrota 9-3 de los Piratas ante los Cerveceros, se convirtió en la comidilla inmediata dentro y fuera del clubhouse.
Aunque Cruz permaneció a la defensa en la parte baja del séptimo, Kelly lo sustituyó antes del octavo episodio. Para el capataz, explicó luego, no se trató de un castigo sino de recordar la “barra de compromiso” que exige a todo el roster. El torpedero aceptó la decisión con madurez y admitió que creyó haber visto dos outs, un lapsus mental que según él mismo no tiene excusa.
El incidente llega en medio de un bajón ofensivo evidente: tras cerrar abril con un OPS de .902, el zurdo ha caído hasta .715 y batea .205 con 13 jonrones y 31 empujadas al 25 de junio, cifras que lo ubican a mitad de tabla entre los campocortos de la Liga Nacional. Los ajustes en el plato, insisten los coaches, no pueden sacrificar la intensidad básica de correr duro cada conexión.
Casos similares han marcado carreras ajenas: Robinson Canó lidió con críticas repetidas en 2014 por caminar a la inicial, y Manny Machado escuchó abucheos en 2019 tras admitir que “no era Johnny Hustle”. La diferencia es que Cruz apenas tiene 26 años y el cuerpo técnico entiende que esos “apagones” son corregibles si se atajan temprano.
Asimismo, el dominicano sigue exhibiendo herramientas únicas: su batazo de 122.9 mph en abril es el más duro conectado este año, de acuerdo con los registros de Statcast citados por SB Nation. Ese poder más 26 bases robadas dibuja el techo estelar que Pittsburgh no piensa negociar por descuidos rutinarios.
Queda por ver si Cruz regresa al line-up esta misma semana. Kelly adelantó que evaluará “día a día” el plan de trabajo, consciente de que la temporada es larga y el talento del quisqueyano resulta clave para cualquier aspiración de los Piratas. Por ahora, la lección es clara el talento bruto deslumbra, pero la disciplina constante es la que asegura estadías largas en las Mayores.