El tipo de cambio arrancó este miércoles con una nota casi plana el promedio semanal del Banco Central (BCRD) se ubicó en RD$ 59.22 para la compra y RD$ 58.78 para la venta, una brecha mínima que confirma la estabilidad que ha caracterizado al peso en lo que va de 2025.
En las ventanillas bancarias el panorama es igual de contenido. Banreservas abrió la jornada en RD$ 58.40/60.25, Banco Popular en RD$ 57.50/60.50, y BHD mantuvo 57.75/60.50. Caribe, Vimenca, Banesco y la Asociación La Nacional mostraron márgenes similares: todos convergen en el techo de RD$ 60.60, reflejando la cautela del sistema frente a la reciente moderación de la demanda empresarial de divisas.
Mirando el retrovisor, el BCRD reporta una apreciación acumulada de 3 % frente al dólar desde enero, gracias a un mix de mayor captación de divisas por turismo y un ajuste previsor de la política monetaria local. Este colchón de ganancias explica por qué la moneda apenas se inmutó tras la leve corrección observada la semana pasada.
La inflación también juega a favor el índice de precios al consumidor subió a 3.8 % interanual en mayo, aún dentro del rango meta (4 % ± 1 %). El alza se concentra en alimentos, mientras vivienda y transporte permanecen contenidos, lo que reduce la presión para devaluar y otorga al BCRD margen para mantener su tasa de política sin sobresaltos.
Otro motor clave es el flujo de remesas: entre enero y mayo las familias recibieron US$ 4,903 millones, un salto de 12 % respecto al mismo periodo de 2024. Estos dólares frescos, que en gran parte se liquidan en el mercado cambiario local, contribuyen a suavizar picos de demanda empresarial y estabilizar la cotización.
En el frente externo, la Reserva Federal decidió la semana pasada mantener su rango de referencia en 4.25 %–4.50 %, aunque deslizó que podría recortar tipos en dos oportunidades antes de cerrar 2025 si la inflación estadounidense cede. Para la República Dominicana, ese compás de espera implica que los rendimientos en dólares seguirán relativamente atractivos pero sin un brinco que dispare la fuga a activos externos.
¿Qué esperar? Mientras las remesas y el turismo mantengan el envión y la inflación siga anclada, el peso debería moverse dentro del corredor RD$ 58.5–60.5 que ha predominado este trimestre. Factores a vigilar una desaceleración abrupta del consumo norteamericano que golpearía las remesas y cualquier sorpresa de la Fed. Hasta entonces, el mercado cambiario dominicano luce, cuando menos, con las botas bien plantadas.